Pepe Contreras
Quién estaría conspirando en España para apartar al presidente de su cargo y dar un golpe de estado? esa y no otra es la pregunta que hay que hacerse. En pocos días se van a poner en marcha varias comisiones parlamentarias de investigación, que si bien no tendrán un efecto judicial inmediato, si aclararán aspectos hasta ahora semiocultos. A quien no le interesa su puesta en escena?
Es mi opinión y no hay nadie detrás. Pero la maquinaria democrática del Estado tiene que ofrecernos una explicación fehaciente de qué es lo que ha estado pasando en los últimos meses en España: una estrategia para apartar a Pedro Sánchez, impedir un gobierno de izquierdas progresista y situar a un gobierno de coalición nacional entre PSOE, pero en el que no estaría ni Sánchez ni Feijoo porque ya hay candidato a presidente. En masculino pero con ELLA detrás.

Por eso no es de extrañar que ambos dirigentes hayan pasado a la acción, y casi seguro que veamos un primer encuentro entre ellos en los próximos días. Como comprenderán hay aspectos de esta supuesta conspiración que habrían ser conocidos por Sánchez y Feijoo pero más aún por la mayoría de los ciudadanos, que seguramente se van a sorprender de los extraños amigos de cama que de un lado a otro del mapa español se están produciendo. Viejas glorias, resentidos con recientes fracasos electorales y sobre todo ellas…
Un gran pacto de Estado entre PSOE y PP podría tener algunas ventajas en estos momentos como por ejemplo:
- Favorecer la estabilidad política y la gobernabilidad del país, evitando bloqueos institucionales y facilitando la aprobación de leyes y presupuestos.
- Mostrar una imagen de unidad y consenso frente a los desafíos comunes, como la pandemia, la recuperación económica, la gestión de los fondos europeos, la reforma de las pensiones o la renovación del modelo territorial.
- Fortalecer la confianza de los ciudadanos en el sistema democrático y en las instituciones, reduciendo la polarización y el enfrentamiento entre los partidos y fomentando el diálogo y la colaboración.
- Aislar a los partidos extremistas y nacionalistas, que podrían perder influencia y apoyo si se percibe que hay una alternativa moderada y constitucionalista.
Sin embargo, para que un gran pacto de Estado entre PSOE y PP sea posible, se necesitarían algunas claves, como por ejemplo:
- Una voluntad política real y sincera de ambos partidos, que superen sus diferencias ideológicas y sus intereses electorales, y que asuman el coste que puede suponer para sus bases y sus socios de gobierno o de oposición.
- Una agenda común y prioritaria, que defina los objetivos y las medidas concretas que se quieren impulsar desde el pacto, y que cuente con el respaldo de los agentes sociales, económicos y territoriales.
- Una comunicación transparente y pedagógica, que explique a la ciudadanía los motivos y los beneficios del pacto, y que evite las descalificaciones y las críticas mutuas entre los partidos.
- Una evaluación periódica y participativa, que permita hacer un seguimiento del cumplimiento del pacto, y que incorpore las sugerencias y las demandas de los distintos sectores de la sociedad.
En cuanto a quién estaría a favor y quién en contra de un gran pacto de Estado entre PSOE y PP, es difícil dar una respuesta definitiva, ya que dependería de las circunstancias y de las condiciones del mismo, pero se podría especular con algunas posibilidades, como por ejemplo:
- A favor: podrían estar algunos dirigentes y militantes de ambos partidos que apuesten por el entendimiento y el pragmatismo, así como algunos sectores empresariales, sindicales, académicos y mediáticos que reclamen consenso y estabilidad.
- En contra: podrían estar algunos líderes y simpatizantes de ambos partidos que se opongan al acercamiento y al pacto con el rival, así como algunos partidos minoritarios, como Vox, Podemos, ERC, JxCat, PNV o Bildu, que vean amenazada su relevancia y su agenda política.

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