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Pepe Contreras / Nova

Habían pasado treinta largos años desde aquella noche en la base Naval de Rota, una noche que aún despertaba susurros y miradas preocupadas entre los veteranos.

Aquella noche, dos aviones reactores F-15 regresaban de una misión de vigilancia en la costa de Cádiz.

La tormenta rugía con una ferocidad que sacudía hasta los cimientos de la estación naval. Relámpagos rasgaban el cielo negro y la lluvia caía en cascadas, golpeando incansablemente el asfalto de la pista.

En la cabina del primer F15 el teniente Stone mantuvo una mirada de acero mientras ajustaba la altitud y revisaba los instrumentos. El combustible era escaso, demasiado escaso. Cada gota contaba, y no había margen para errores.

«Atención base, aquí F15 Stone, iniciando maniobra de aproximación», informó con tono firme, tratando de ocultar cualquier atisbo de la preocupación que bullía en su interior.

En la torre de control de Rota, los operadores observaban con atención las luces parpadeantes en sus pantallas, apercibidos del tremendo desafío que los pilotos afrontaban.

De repente, una de las señales de radar se desvaneció, dejando una pantalla vacía y un silencio estrepitoso que llenó la sala.

«¿Qué está pasando?» murmuró uno de los controladores, incapaz de apartar la vista del lugar donde había desaparecido la señal.

El teniente Ortiz, en el segundo F-15, escuchó el silencio ensordecedor que inundaba el canal de comunicación y comprendió al instante que algo andaba terriblemente mal. «F15 Stone, aquí F15 Ortiz, ¡respondan!», gritó, su voz entremezclada con el estruendo de la tormenta.

Pero no hubo respuesta. Ningún sonido salvo el retumbar de los truenos y el eco lejano de un mundo sumido en la oscuridad.

Nadie en la base naval podía imaginar que esa noche marcaría el inicio de un misterio que perduraría décadas, un enigma que envolvería a la base de Rota en una nube de incertidumbre y especulación.

La desaparición del F15 Stone sería un eco permanente en la mente de todos aquellos que vivieron esa noche, cargando con preguntas sin respuestas y la inquietante sensación de una verdad oculta en las sombras de la tormenta.

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Treinta años después de la misteriosa desaparición del F1 Stone, el veterano detective Pepe Kanalla, cuya experiencia en desenterrar verdades ocultas le había ganado una reputación de ser incansable, se dirigió al Ministerio de Defensa.

La curiosidad y la persistencia se habían convertido en su motor, y este caso se había convertido en una obsesión.

El detective se sumergió en la penumbra de la biblioteca del ministerio, un lugar donde el silencio era roto solo por el ocasional crujido de las estanterías y el suave susurro de las páginas al pasar. Después de insistir y mostrar su acreditación, finalmente le entregaron el informe clasificado sobre el incidente del F-15 aquella fatídica noche en Rota.

Bajo la luz débil de una lámpara, Pepe Kanalla comenzó a leer con atención. Página tras página, los datos eran oscuros y técnicos, nada sorprendente hasta llegar a una anotación casi incidental, perdida entre muchos otros detalles. Algo que le hizo detenerse y fruncir el ceño.

Era una breve referencia a una señal anómala detectada apenas unos minutos antes de la desaparición del F1 Stone, una señal que nunca se había informado públicamente.

Los detalles indicaban una interferencia electromagnética desconocida, algo que los informes siguientes simplemente catalogaron como un “fenómeno inexplicable”.

El corazón de Pepe latía con fuerza. La implicación de este detalle era profunda. ¿Una interferencia electromagnética? ¿Qué podía haber causado eso? ¿Y por qué no se había divulgado?

Con el informe cerrado y una pesadez en el alma, Pepe sintió la responsabilidad de decidir qué hacer con aquella información.

Decidió no publicarla inmediatamente; en cambio, necesitaba hablar con alguien directamente afectado. Alguien que merecía saber la verdad tanto como cualquiera: Ana Stone.

Al final de la tarde, Pepe se encontró en la puerta de la modesta casa de Ana. Tocó suavemente, y después de unos momentos, ella apareció, con el peso de los años visible en su mirada.

“Señora Stone, soy Pepe Kanalla, periodista y detective, he descubierto algo sobre la noche en que su esposo desapareció. Algo que creo que debe conocer,” dijo con seriedad, haciendo una pausa antes de continuar.

Ana lo invitó a pasar, sus ojos reflejando una mezcla de esperanza y temor. Sentados en la sala, Pepe comenzó a explicarle lo que había encontrado. Cada palabra parecía sumergir más a Ana en una mezcla de desconcierto y preocupación.

“Una interferencia electromagnética, jamás mencionada en la investigación pública,” dijo Pepe finalmente. “Esto podría significar… muchas cosas. Aún no estoy seguro de todas las implicaciones. Pero usted tenía derecho a saberlo.”

Ana guardó silencio durante varios minutos, asimilando la información. Finalmente, levantó la vista hacia Pepe. “Gracias por venir a decírmelo. Necesito tiempo para procesar esto, pero agradezco su franqueza.”

“Entiendo, señora Stone. Este asunto probablemente requiera más exploración. Pero eso, espero, forme parte de otro capítulo, en otra entrega de esta novela de los casos de Pepe Kanalla,” añadió Pepe, con una media sonrisa que buscaba ofrecer algún consuelo.

Pepe abandonó la casa con una nueva misión en mente: desentrañar el misterio de esa “interferencia” que había quedado enterrada entre archivos y olvido. El caso del F15 Stone estaba lejos de estar cerrado, y el detective sabía que su búsqueda de respuestas apenas comenzaba…

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Ficha F15

¡Claro, McDonnell Douglas F-15 Eagle! Aquí tienes la ficha detallada sobre este avión de combate estadounidense:

McDonnell Douglas F-15 Eagle

Características Generales:

• Tipo: Caza táctico de superioridad aérea
• Fabricante: McDonnell Douglas (ahora parte de Boeing)
• Primer vuelo: 27 de julio de 1972
• Entrada en servicio: 9 de enero de 1976
• Tripulación: 1 (F-15C) o 2 (F-15E)
• Longitud: 19.43 metros (F-15C)
• Envergadura: 13.05 metros
• Altura: 5.63 metros

Especificaciones Técnicas:

• Peso vacío: 12,973 kg (F-15C)
• Peso máximo al despegue: 30,845 kg (F-15C)
• Motores: 2 motores turbofan Pratt & Whitney F100-PW-100, F100-PW-220 o F100-PW-229
• Empuje: 105.7 kN por motor (F100-PW-229 con postcombustión)
• Velocidad máxima: Mach 2.5+ (aproximadamente 3,018 km/h)
• Alcance: 3,900 km (traslado en ferry)
• Techo de servicio: 20,000 metros
• Tasa de ascenso: 254 m/s

Armamento:

• Cañón: 1 cañón M61A1 Vulcan de 20 mm con 940 proyectiles
• Puntos de anclaje: 11 (incluyendo 2 en las puntas de las alas)
• Carga de combate: Hasta 7,300 kg de misiles y bombas, incluyendo misiles aire-aire AIM-7 Sparrow, AIM-120 AMRAAM y AIM-9 Sidewinder; bombas guiadas por láser, misiles AGM-65 Maverick, etc.

Unidades en Servicio:

El F-15 sigue en servicio activo en varios países, incluyendo la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, Japón, Arabia Saudita e Israel, entre otros. Continúa siendo uno de los principales cazas de superioridad aérea del mundo.

Historia de Servicio:

• Producción: Más de 1,600 unidades producidas en sus distintas variantes.
• Países Operadores: EE.UU., Israel, Japón, Arabia Saudita, Qatar y otros.
• Variantes Principales: F-15A/B (originales de superioridad aérea), F-15C/D (mejorados de superioridad aérea), F-15E Strike Eagle (caza-bombardero) y variantes para exportación.

Accidentes:

El F-15 ha disfrutado de una reputación de alta fiabilidad y efectividad en combate, con un historial notablemente bajo de pérdidas en combate aire-aire.

Sin embargo, ha habido ciertos accidentes a lo largo de su servicio debido a problemas mecánicos y fallos humanos, como con cualquier avión militar, pero no en un número que desentone en comparación con otros aviones de su tipo.