Pepe Contreras / Grok / Scientist Rebellion
«Soy una científico del impacto climático con un interés especial en la salud humana y los sistemas acuáticos. En mi investigación, he empleado diversas técnicas de modelado cuantitativo para analizar datos empíricos.
Trabajo como investigadora en la Estación Biológica de Doñana (EBD) – Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Sevilla, España.
Preocupada profundamente por la emergencia climática, he apoyado a Scientists for Future y he participado en protestas de Scientist Rebellion.
Quien habla así es Veronika Huber. Es una gran persona y científica.
«Mi investigación actual se centra en los impactos del clima en la salud humana. En particular, me interesa los efectos del cambio climático en la mortalidad relacionada con la temperatura en Alemania, España y en todo el mundo. Recientemente, he trabajado en incluir la adaptación en las proyecciones de mortalidad relacionada con la temperatura y la atribución de la mortalidad por calor al cambio climático reciente. Además, he participado en estudios que proyectan los resultados de enfermedades transmitidas por el agua bajo diferentes trayectorias de cambio climático».
Scientist Rebellion es un movimiento global que agrupa a científicos y académicos comprometidos con la lucha contra la crisis climática. Fundado en 2020, busca resaltar la urgencia de la acción frente al cambio climático y aboga por políticas más audaces y efectivas. Sus miembros organizan protestas y eventos de concientización, utilizando su capacitación y experiencia para comunicar la gravedad de la situación climática de manera clara y directa.
El movimiento critica la inacción de gobiernos y empresas y promueve la idea de que los científicos tienen la responsabilidad moral de actuar como ciudadanos comprometidos. A través de su trabajo, Scientist Rebellion busca inspirar a otros a unirse a la causa y movilizarse por un futuro sostenible y habitable.
A continuación, se presentan algunos hitos y declaraciones importantes de Scientist Rebellion que destacan su compromiso con la acción climática:
- Protestas en las universidades: Scientist Rebellion ha organizado varias protestas en instituciones académicas de todo el mundo, donde científicos y estudiantes se manifiestan para exigir a los gobiernos una acción climática urgente.
- Declaración de emergencia climática: Muchos miembros del movimiento han hecho declaraciones colectivas en las que se reconoce la crisis climática como una emergencia que requiere atención inmediata y acción drástica, no solo de los gobiernos, sino también de la comunidad científica.
- Publicación de cartas abiertas: Han emitido cartas abiertas dirigidas a líderes mundiales, instando a una mayor ambición en la política climática y solicitando inversiones en energías renovables y tecnología sostenible.
- Adopción de la filosofía de la acción directa: Scientist Rebellion promueve la idea de la acción directa no violenta, siguiendo el ejemplo de otros movimientos sociales, para crear conciencia sobre la crisis climática y movilizar apoyo por la justicia climática.
- Participación en foros internacionales: El movimiento ha estado presente en diversas cumbres y foros internacionales, donde sus miembros han contribuido con su experiencia científica para presionar por decisiones políticas que tengan en cuenta las evidencias científicas sobre el clima.
- Colaboración con otras organizaciones: Scientist Rebellion trabaja junto a otros grupos activistas y organizaciones ecologistas, fortaleciendo la red de solidaridad en la lucha contra el cambio climático.
La resistencia civil no violenta ha mostrado ser una de las herramientas más eficaces para catalizar cambio sociales, y ha sido uno de los principales impulsores de victorias históricas para la descolonización, los derechos laborales, los derechos de las mujeres, los derechos LGBTQ+ y los derechos civiles.
Los miembros de Rebelión Científica, junto con muchos otros miembros de la sociedad, lo estamos adoptando cada vez más para protestar contra la injusticia de las políticas, leyes y sistemas económicos y sociales que siguen alimentando las crisis climática, ecológica y social.
Cuando nos enfrentamos a una autoridad más poderosa, podemos involucrar al público y ejercer una presión política y económica que otras formas de acción no pueden ejercer.
Detrás de cada persona que se arriesga a ser detenida en un acto de resistencia civil, hay un amplio equipo multidisciplinario que la apoya. Puedes pensar en ello como en un iceberg. Sean cuales sean tus circunstancias, hay un lugar para ti en nuestro movimiento

Me llamo Veronika Huber. Soy bióloga. Trabajo en la universidad de Múnich en
Alemania y estoy vinculada también con la Universidad Pablo de Olavide en Sevilla.
Hoy hago esta ponencia para apoyar a los jóvenes de Fridays For Future desde la
ciencia. Estoy agradecida de que lleven el tema de la crisis climática a la calle.
Estamos viendo como el clima del planeta se está desestabilizando. Aparecen más
y más datos que demuestran el estado de emergencia climática en que nos
encontramos.
Solo un ejemplo. En Antártica se registraron hace unos días temperaturas nunca
vistas en este continente de hielo, unos 40 grados – sí, habéis escuchado bien –
unos 40 grados por encima de las temperaturas normales. Según los científicos
expertos del clima en Antártica era un evento histórico nunca visto que incluso a
ellos les ha asustado. No entiendo por qué esta noticia no estuvo en las primeras
páginas de los periódicos y en todos los telediarios.
Seguimos negando la gravedad de la crisis planetaria. Eso también está pasando
aquí en Andalucía. El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos
sobre el Cambio Climático – el IPCC – advierte de que uno de los mayores riesgos
que afrontará el sur de España es la escasez de agua. Si seguimos así, el planeta
se calentará hasta 3 grados a final del siglo. Y el sur de España se podría convertir
en desierto. Los responsables políticos que siguen apoyando la expansión de la
agricultura intensiva de frutos rojos en Doñana cierran los ojos ante lo que se nos
viene encima.
En las noticias sobre la sequía que estamos viviendo se habla mucho de la
incertidumbre científica en relación a las proyecciones de precipitaciones en el
futuro. Es como si nos estuviéramos agarrando a las incertidumbres para atenuar
nuestros miedos y para tener una excusa de no tener que actuar. No obstante, en
un asunto clave la ciencia está claro. Cada centígrado de calentamiento que
podamos evitar conlleva una mayor probabilidad de poder salvar ecosistemas de
incalculable valor como Doñana y poder adaptarnos a un futuro con menos agua.
Frenar el calentamiento global también reduce el riesgo de desencadenar dinámicas
en el planeta que pondrían en riesgo la supervivencia de la civilización humana. Lo
que pasó en Antártica hace unos días es una advertencia de que cambios abruptos
e inesperados en el clima y en los ecosistemas que nos sostienen pueden ocurrir.
Para evitarlos hay que hacer todo lo posible para reducir las emisiones de gases a
efecto invernadero lo más rápido posible.
Pero lo que estamos haciendo en lugar de reducir las emisiones es aumentarlas. En
el 2021, según un informe de la Agencia Internacional de Energía, la humanidad
emitió la mayor cantidad de CO2 a la atmósfera desde que usamos combustibles
fósiles. Somos como drogadictos dependientes de la energía fósil. Lo que tenemos
que hacer es reinventar nuestra economía, nuestros trabajos, nuestras vidas,
porque tal como estamos produciendo y consumiendo nos dirigimos a un callejón
sin salida.
Los que hemos participado en la manifestacion deseamos la transformación
profunda de nuestros modos de vivir. Pero solos no lo podemos conseguir. Por eso
es tan importante que estemos hoy aquí dándole visibilidad a este tema,
apoyándonos mutuamente, y exigiendo a los dirigentes políticos que tengan la
valentía de actuar hoy para salvar nuestro futuro en este planeta
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