Pepe Contreras / Grok
La muerte y el COVID-19 están intrínsecamente relacionados debido a la alta mortalidad asociada a esta enfermedad pandémica.En posts recientes en X, se mencionan casos específicos donde el COVID-19 sigue siendo una causa de muerte significativa, como en Alberta, Canadá, donde se reportaron 98 muertes por COVID en los últimos dos meses, mostrando que aunque la pandemia haya disminuido en severidad, sigue siendo un riesgo para la salud pública.
Esto refleja que, aunque las políticas de manejo y las vacunas han mitigado el impacto global de la pandemia, el virus aún representa un riesgo significativo para ciertos grupos de la población, particularmente aquellos más vulnerables. Se ha destacado que el número de muertes por COVID-19 en Alberta supera significativamente al de la gripe en el mismo periodo, con solo una muerte atribuida a esta última. Esta disparidad resalta la diferencia en la letalidad entre las dos enfermedades respiratorias. A pesar de estas cifras, la tasa de vacunación contra el COVID-19, especialmente para dosis de refuerzo, es baja en Alberta. Solo un pequeño porcentaje de la población (3.4%) ha recibido los boosters, lo cual podría contribuir a la persistencia de casos graves y muertes asociadas al virus. –
Los posts en X reflejan preocupación y crítica hacia las estrategias de comunicación y manejo de la pandemia por parte del gobierno de Alberta. Hay un sentimiento de que se ha subestimado el riesgo del COVID-19 o que no se ha comunicado adecuadamente la necesidad de vacunación continua. La persistencia de muertes por COVID-19, a pesar de que la pandemia ha disminuido en intensidad, subraya la necesidad de mantener medidas de vigilancia, fomentar la vacunación, y promover prácticas como el uso de mascarillas en espacios públicos, especialmente para proteger a las poblaciones de riesgo.
Este contexto muestra que, aunque la pandemia ha cambiado en su manejo y percepción, el COVID-19 sigue siendo una amenaza que requiere atención y estrategias de salud pública adaptativas para minimizar su impacto en la mortalidad.

Aquí hay algunos puntos clave que destacan la relación entre la muerte y el COVID-19:
- Mortalidad Global:
- El COVID-19 ha sido una de las principales causas de muerte a nivel mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 2020 y 2021, se estima que hubo aproximadamente 14.9 millones de muertes asociadas directa o indirectamente con la pandemia, cuando se considera el exceso de mortalidad.
- Impacto:
- En la mayoría de las regiones del mundo, el COVID-19 se clasificó entre las cinco principales causas de muerte. En las Américas, fue la causa número uno de muerte en 2020 y 2021.
- Factores de riesgo:
- La mortalidad por COVID-19 es mayor entre las personas mayores y aquellas con comorbilidades como enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión, y problemas respiratorios crónicos. La edad avanzada, en particular, es un factor significativo de riesgo para una evolución fatal de la enfermedad.
- Exceso de Mortalidad:
- El concepto de «exceso de mortalidad» se utiliza para describir las muertes adicionales que se producen durante la pandemia, tanto por el virus mismo como por las consecuencias indirectas, como la sobrecarga de los sistemas de salud que impide la atención adecuada de otras patologías.
- Los fallecidos:
- La pandemia ha supuesto desafíos significativos para la gestión de los cadáveres, especialmente en áreas con alta incidencia. Esto incluye la identificación de las víctimas, la determinación de la causa de muerte, y la disposición de los cuerpos de acuerdo con las normas de salud pública para prevenir la propagación del virus.
- Controversia:
- Existe controversia y debate sobre la precisión de las cifras de mortalidad por COVID-19. Algunos estudios y observaciones indican que el número real de muertes podría ser subestimado debido a factores como la falta de pruebas, variaciones en la definición de muerte por COVID-19, y la no inclusión de fallecimientos indirectamente relacionados con la pandemia.
- Reflexiones:
- La pandemia ha llevado a una reflexión sobre la muerte, los rituales funerarios, y la humanización del proceso de morir. La necesidad de distanciamiento social ha afectado profundamente cómo las sociedades manejan el duelo y los ritos de despedida..
Estos puntos reflejan la complejidad de la relación entre la muerte y el COVID-19, mostrando tanto los efectos directos del virus como las consecuencias más amplias que ha tenido en la sociedad y en la salud pública.
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