Doñana se muere de sed, hay que pasar a la acción…

Pepe Contreras / AI Grok/ WP AI / Suno

El Parque Nacional de Doñana, uno de los humedales más importantes de Europa, está sufriendo severos efectos debido a la sequía prolongada. Los principales impactos se observan en la disminución drástica del agua disponible, lo que ha llevado a la desaparición de lagunas permanentes, como la de Santa Olalla, que se ha secado por tercer año consecutivo.

Esta falta de agua afecta significativamente a la biodiversidad, con un declive notable en las poblaciones de aves acuáticas, anfibios y peces, algunos de los cuales están en peligro de extinción. La vegetación también se ve afectada, con especies adaptadas a suelos húmedos en riesgo de desaparecer. Además, la sobreexplotación del acuífero para uso agrícola, especialmente para el cultivo de fresas en la región, exacerba la situación, provocando que incluso las lluvias recientes no sean suficientes para revertir los daños.

Las altas temperaturas y la escasez de precipitaciones han creado un escenario crítico, donde la gestión del agua y la adaptación a nuevas condiciones climáticas son claves para la conservación de este ecosistema único. La situación exige medidas urgentes para limitar las extracciones ilegales de agua y promover prácticas agrícolas más sostenibles.


El Parque Nacional de Doñana, situado en Andalucía, España, enfrenta una crisis sin precedentes debido a la sequía prolongada y a la mala gestión del agua. Aquí están algunos detalles más específicos sobre los efectos:

  • Desecación de Humedales: Lagunas como Santa Olalla, que solían ser permanentes, ahora se secan completamente durante largos periodos, impactando directamente a especies como el cangrejo de río ibérico y la nutria europea, cuya supervivencia depende de estos cuerpos de agua.
  • Impacto en la Fauna: La disminución del agua ha provocado una reducción en la diversidad y número de aves migratorias que usan Doñana como área de invernada o cría. Especies como la espátula común y el águila imperial ibérica se ven particularmente afectadas. Además, la población de lince ibérico, una especie en peligro crítico, enfrenta mayores dificultades para encontrar presas.
  • Vegetación Amenazada: La vegetación de Doñana, adaptada a ambientes húmedos, sufre con la sequía. Especies como los juncales y las espadañas están desapareciendo, siendo reemplazadas por vegetación más resiste a la sequía pero menos biodiversa, alterando el ecosistema.
  • Uso del Acuífero: La agricultura intensiva, especialmente el cultivo de fresas y otros berries en la cercana región de Huelva, ha llevado a una sobreexplotación del acuífero Almonte-Marismas, que es vital para Doñana. Estudios indican que hasta el 75% del agua extraída del acuífero se utiliza para riego agrícola.
  • Medidas de Conservación: Se han propuesto y en algunos casos implementado, medidas como la prohibición de nuevas licencias de pozos, la restauración de hábitats, y la promoción de la agricultura sostenible. Sin embargo, la implementación efectiva y el cumplimiento de estas medidas siguen siendo desafíos.
  • Cambio Climático: El aumento de temperaturas y la variabilidad de las precipitaciones, agravadas por el cambio climático, hacen prever que las sequías serán más frecuentes y severas, poniendo en riesgo la recuperación del parque.

Estos detalles subrayan la necesidad urgente de un enfoque integral en la gestión del agua y la conservación para salvaguardar este patrimonio de biodiversidad mundial.


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