Pepe Contreras
Europa no está libre de conflictos o amenazas. Algunos de los factores que podrían desencadenar una guerra en territorio europeo son: el auge de los nacionalismos y los movimientos separatistas, que cuestionan la unidad y la estabilidad de algunos Estados³; la crisis migratoria y humanitaria, que genera tensiones sociales y políticas entre los países receptores y los de origen; el terrorismo internacional, que atenta contra la seguridad y los valores democráticos de Europa; y las tensiones geopolíticas con otras potencias, como Rusia, China o Estados Unidos, que disputan la influencia y el control de recursos estratégicos en el continente .
Europa es un continente que ha sufrido numerosas guerras a lo largo de su historia, algunas de ellas de alcance mundial. Sin embargo, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Europa ha vivido un periodo de paz y cooperación, impulsado por la integración económica y política de la Unión Europea (UE) y la pertenencia de la mayoría de sus países a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)¹².
Por lo tanto, aunque la posibilidad de una guerra generalizada en Europa es baja, no se puede descartar por completo. Dependerá de la capacidad de los líderes europeos y de las organizaciones internacionales para prevenir, gestionar y resolver los conflictos que puedan surgir, así como para mantener la cohesión y la solidaridad entre los países europeos.
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