Pepe Kanalla investiga «la lucecita de San Telmo», una noche inquietante en el viejo palacio sevillano, capítulo 2 de 5

Pepe Contreras

Mientras la luna brillaba en lo alto del cielo, iluminando débilmente los pasillos vacíos del Palacio de San Telmo, el detective Pepe Kanalla se deslizaba en silencio entre las sombras.

Con su instinto agudo y su determinación inquebrantable, se movía con sigilo en busca de pistas que lo acercaran al enigma de la misteriosa luz en el despacho presidencial.

De repente, un destello tenue captó su atención. Se detuvo en seco y observó con atención cómo una sombra se deslizaba por el pasillo, moviéndose con una elegancia inquietante. Con paso sigiloso, Pepe se acercó lentamente, preparado para cualquier eventualidad.

Cuando la figura emergió de la oscuridad, se encontró frente a frente con el jefe de seguridad de la Junta de Andalucía, también en busca de respuestas en medio de la noche silenciosa.

Un tenso intercambio de miradas bastó para entender que ambos compartían el mismo objetivo, aunque sus métodos y lealtades fueran diametralmente opuestos.

En ese momento, en un pacto silencioso de cooperación no declarada, decidieron unir fuerzas temporalmente para desentrañar el misterio que oscurecía el Palacio de San Telmo.

La identidad

El detective se acerca cautelosamente a la habitación secreta que no aparece en los planos, da psos suaves, con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho.

Al abrir la puerta con sigilo, la luz de una lámpara tenue ilumina la estancia, revelando a un hombre de aspecto serio en un traje impecable, absorto en documentos y planes políticos.

El consejero de presidencia levanta la mirada con sorpresa al ver al detective frente a él, y una mezcla de miedo y determinación cruza por sus ojos. «Así que finalmente me has encontrado», murmura en tono grave.

El consejero de Presidencia

El detective, sorprendido por la revelación, mantiene la calma y pregunta con voz firme: «¿Qué estás haciendo aquí, y por qué has mantenido este lugar en secreto?».

La habitación se llena de tensión mientras ambos hombres se enfrentan, cada uno ocultando sus propios secretos y motivaciones.

El consejero se sienta en una silla, visiblemente tenso, y mira fijamente al detective antes de comenzar a hablar.

Con un tono grave, confiesa: «Detective, la razón por la que me escondo aquí es porque no confío en la eficacia de algunos de mis compañeros de gobierno. Siento que hay un traidor entre nosotros y necesito tiempo y discreción para analizar la gestión y descubrir quién está socavando mis planes».

El detective escucha atentamente, procesando la información y las implicaciones de las palabras del consejero. La revelación agrega una capa adicional de complejidad a la situación, planteando la posibilidad de rivalidades políticas, traiciones y agendas ocultas dentro del gobierno de Andalucía.

Ante esta confesión inesperada, el detective se encuentra en una encrucijada. ¿Debería colaborar con el consejero para descubrir al traidor y proteger la estabilidad política de la región? ¿O debería seguir su propio código de ética y desentrañar la verdad sin importar las consecuencias?

Mientras el silencio tenso llena la habitación, la decisión recae en el detective.

El detective, atónito por la confesión del consejero, procesa la información con cautela. Las piezas comienzan a encajar en su mente, y de repente, todo cobra sentido. «Entonces… ¡fuiste tú todo este tiempo!», murmura con incredulidad.

El consejero baja la mirada, sin poder sostener la intensa mirada del detective. «Sí, lo admito. Siempre he soñado con ser presidente de la junta de Andalucía. Creí que manteniendo mi presencia en secreto y debilitando la posición de mis compañeros, podría lograr mi ascenso al poder», confiesa con voz entrecortada.

Esos plenos con oradores con talante, tlerancia

Una sensación de traición y decepción embarga al detective mientras se da cuenta de que la conspiración proviene de alguien tan cercano a la cima del gobierno.

Sin embargo, su instinto profesional se activa, y sabe que debe actuar con prudencia y rapidez para resolver esta intrincada situación.

Decidido a desentrañar la verdad y hacer justicia, el detective se endereza y mira fijamente al consejero: «No permitiré que tus ambiciones desmedidas dañen a la gente de Andalucía. Haré todo lo que esté en mi poder para exponer tu traición y proteger la estabilidad de la región».

El silencio denso se cierne sobre la habitación, cargado de tensión y determinación. ¿Cómo reaccionará el consejero ante la resolución del detective de enfrentarse a él? ¿Será capaz el detective de desentrañar la conspiración y evitar una crisis política en Andalucía?

Con esta revelación impactante y un desafío decisivo planteado, la trama da un giro fascinante y peligroso. ¿Qué sucederá a continuación en este intrigante mundo de intrigas políticas y secretos oscuros?

Deja un comentario